El término orgánico es uno de los indicadores más valorados por los consumidores actuales, quienes buscan alimentos elaborados con ingredientes de la más alta calidad y con procesos naturales. Por ello, cada vez más empresas buscan comunicar que sus productos cumplen con los estándares de producción orgánica, donde se limita el uso de químicos y pesticidas, priorizando métodos sostenibles tanto en la agricultura como en la manufactura.
Un alimento orgánico se produce bajo prácticas agrícolas que respetan el equilibrio natural del ecosistema, sin el uso de fertilizantes o plaguicidas sintéticos. Sin embargo, usar términos como “orgánico”, “eco” o “biológico” en el etiquetado no es algo libre, ya que estos claims requieren una certificación oficial emitida por un organismo autorizado.
Es importante tener en cuenta que las certificaciones orgánicas no son universales ni automáticamente reconocidas a nivel global. Que un producto esté certificado como orgánico en un país no significa que lo sea en otro, ya que cada nación tiene sus propios requisitos, procesos de auditoría y estándares técnicos. Por ejemplo, un producto con sello USDA Organic no puede venderse como orgánico en la Unión Europea o México sin cumplir con la normativa local correspondiente. Por ello, si una empresa desea comercializar sus productos en varios mercados internacionales, debe tramitar la certificación específica para cada país o región.
Al igual que ocurre con otros requisitos del comercio internacional, las normas dependen del país donde se comercializa el producto. Sin embargo, existen elementos comunes que deben incluirse en cualquier etiquetado orgánico, como:
• Sello oficial del organismo certificador.
• Nombre y código del certificador.
• Porcentaje de ingredientes orgánicos.
• País o región de origen de los ingredientes.
• Número de lote y datos de contacto del productor.
Estos elementos pueden variar según la legislación local, por lo que siempre se recomienda consultar con un especialista en etiquetado y cumplimiento normativo, para garantizar que tu empaque cumpla con la regulación del país destino.
En Estados Unidos, la certificación orgánica es regulada por el U.S. Department of Agriculture (USDA). Solo los productos certificados pueden llevar el sello USDA Organic, y el porcentaje de ingredientes orgánicos determina si puede usarse el sello o frases como “Made with organic ingredients”.
En México, las entidades regulatorias son SAGARPA, a través de SENASICA, bajo la Ley de Productos Orgánicos. La certificación se obtiene mediante un organismo acreditado, y el etiquetado debe incluir la información correspondiente. Está prohibido usar las leyendas “orgánico”, “ecológico” o “biológico” sin cumplir con la norma.
En la Unión Europea, el distintivo EU Organic se representa con una hoja verde rodeada de estrellas. Solo los productos que contienen 95% o más de ingredientes agrícolas orgánicos pueden portar este sello. El etiquetado también debe incluir el lugar de producción de las materias primas y los datos del certificador.
En todos los casos, se requiere una certificación oficial, el logo correspondiente y la información que garantice la trazabilidad del producto desde su producción hasta su empaque.
No todos los productos que se presentan como “orgánicos” tienen el mismo nivel de certificación.
Las normativas internacionales suelen distinguir entre diferentes categorías, dependiendo del porcentaje de ingredientes orgánicos que contiene el producto:
• 100% orgánico: todos los ingredientes agrícolas y procesos cumplen con los estándares orgánicos.
• Orgánico: al menos el 95% de los ingredientes agrícolas son orgánicos.
• Elaborado con ingredientes orgánicos: contiene entre 70% y 94% de ingredientes orgánicos; no puede usar el sello oficial, pero sí puede mencionar en la etiqueta los ingredientes orgánicos específicos.
• Con algún ingrediente orgánico: contiene menos del 70% de ingredientes orgánicos, por lo que no puede promocionarse como producto orgánico, solo puede indicar qué ingredientes lo son dentro de la lista.
Comprender esta diferencia es esencial para evitar confusiones en el etiquetado y asegurar que la comunicación con el consumidor sea clara, honesta y cumpla con la regulación.
Tener una certificación orgánica no solo demuestra cumplimiento, sino que genera confianza y transparencia frente al consumidor. Además, ofrece ventajas comerciales como:
• Diferenciación en el mercado.
• Mayor valor percibido del producto.
• Acceso a mercados internacionales.
• Facilita procesos de exportación.
Presentar un producto como orgánico sin contar con certificación puede acarrear multas, sanciones y problemas legales, ya que se estarían violando las normativas obligatorias del mercado. Esto puede derivar en:
• Pérdidas económicas por inmovilización o retiro del producto.
• Cancelación del certificado si ya se tenía.
• Daño a la reputación de la marca.
• Prohibición para comercializar productos orgánicos en el futuro.
Cumplir con los requisitos de certificación orgánica es esencial para mantener la honestidad y credibilidad de tu marca. El mercado orgánico tiene una alta demanda, pero también restricciones específicas por país que requieren acompañamiento experto.
En CORE te guiamos durante todo el proceso de certificación, desde el análisis de requisitos hasta la validación del etiquetado final, para que tu producto cumpla con la normativa y esté listo para comercializarse en cualquier mercado.
Contáctanos y recibe asesoría personalizada para obtener o revisar tu certificación orgánica.
El término orgánico es uno de los indicadores más valorados por los consumidores actuales, quienes buscan alimentos elaborados con ingredientes de la más alta calidad y con procesos naturales. Por ello, cada vez más empresas buscan comunicar que sus productos cumplen con los estándares de producción orgánica, donde se limita el uso de químicos y pesticidas, priorizando métodos sostenibles tanto en la agricultura como en la manufactura.
Un alimento orgánico se produce bajo prácticas agrícolas que respetan el equilibrio natural del ecosistema, sin el uso de fertilizantes o plaguicidas sintéticos. Sin embargo, usar términos como “orgánico”, “eco” o “biológico” en el etiquetado no es algo libre, ya que estos claims requieren una certificación oficial emitida por un organismo autorizado.
Es importante tener en cuenta que las certificaciones orgánicas no son universales ni automáticamente reconocidas a nivel global. Que un producto esté certificado como orgánico en un país no significa que lo sea en otro, ya que cada nación tiene sus propios requisitos, procesos de auditoría y estándares técnicos. Por ejemplo, un producto con sello USDA Organic no puede venderse como orgánico en la Unión Europea o México sin cumplir con la normativa local correspondiente. Por ello, si una empresa desea comercializar sus productos en varios mercados internacionales, debe tramitar la certificación específica para cada país o región.
Al igual que ocurre con otros requisitos del comercio internacional, las normas dependen del país donde se comercializa el producto. Sin embargo, existen elementos comunes que deben incluirse en cualquier etiquetado orgánico, como:
• Sello oficial del organismo certificador.
• Nombre y código del certificador.
• Porcentaje de ingredientes orgánicos.
• País o región de origen de los ingredientes.
• Número de lote y datos de contacto del productor.
Estos elementos pueden variar según la legislación local, por lo que siempre se recomienda consultar con un especialista en etiquetado y cumplimiento normativo, para garantizar que tu empaque cumpla con la regulación del país destino.
En Estados Unidos, la certificación orgánica es regulada por el U.S. Department of Agriculture (USDA). Solo los productos certificados pueden llevar el sello USDA Organic, y el porcentaje de ingredientes orgánicos determina si puede usarse el sello o frases como “Made with organic ingredients”.
En México, las entidades regulatorias son SAGARPA, a través de SENASICA, bajo la Ley de Productos Orgánicos. La certificación se obtiene mediante un organismo acreditado, y el etiquetado debe incluir la información correspondiente. Está prohibido usar las leyendas “orgánico”, “ecológico” o “biológico” sin cumplir con la norma.
En la Unión Europea, el distintivo EU Organic se representa con una hoja verde rodeada de estrellas. Solo los productos que contienen 95% o más de ingredientes agrícolas orgánicos pueden portar este sello. El etiquetado también debe incluir el lugar de producción de las materias primas y los datos del certificador.
En todos los casos, se requiere una certificación oficial, el logo correspondiente y la información que garantice la trazabilidad del producto desde su producción hasta su empaque.
No todos los productos que se presentan como “orgánicos” tienen el mismo nivel de certificación.
Las normativas internacionales suelen distinguir entre diferentes categorías, dependiendo del porcentaje de ingredientes orgánicos que contiene el producto:
• 100% orgánico: todos los ingredientes agrícolas y procesos cumplen con los estándares orgánicos.
• Orgánico: al menos el 95% de los ingredientes agrícolas son orgánicos.
• Elaborado con ingredientes orgánicos: contiene entre 70% y 94% de ingredientes orgánicos; no puede usar el sello oficial, pero sí puede mencionar en la etiqueta los ingredientes orgánicos específicos.
• Con algún ingrediente orgánico: contiene menos del 70% de ingredientes orgánicos, por lo que no puede promocionarse como producto orgánico, solo puede indicar qué ingredientes lo son dentro de la lista.
Comprender esta diferencia es esencial para evitar confusiones en el etiquetado y asegurar que la comunicación con el consumidor sea clara, honesta y cumpla con la regulación.
Tener una certificación orgánica no solo demuestra cumplimiento, sino que genera confianza y transparencia frente al consumidor. Además, ofrece ventajas comerciales como:
• Diferenciación en el mercado.
• Mayor valor percibido del producto.
• Acceso a mercados internacionales.
• Facilita procesos de exportación.
Presentar un producto como orgánico sin contar con certificación puede acarrear multas, sanciones y problemas legales, ya que se estarían violando las normativas obligatorias del mercado. Esto puede derivar en:
• Pérdidas económicas por inmovilización o retiro del producto.
• Cancelación del certificado si ya se tenía.
• Daño a la reputación de la marca.
• Prohibición para comercializar productos orgánicos en el futuro.
Cumplir con los requisitos de certificación orgánica es esencial para mantener la honestidad y credibilidad de tu marca. El mercado orgánico tiene una alta demanda, pero también restricciones específicas por país que requieren acompañamiento experto.
En CORE te guiamos durante todo el proceso de certificación, desde el análisis de requisitos hasta la validación del etiquetado final, para que tu producto cumpla con la normativa y esté listo para comercializarse en cualquier mercado.
Contáctanos y recibe asesoría personalizada para obtener o revisar tu certificación orgánica.
El término orgánico es uno de los indicadores más valorados por los consumidores actuales, quienes buscan alimentos elaborados con ingredientes de la más alta calidad y con procesos naturales. Por ello, cada vez más empresas buscan comunicar que sus productos cumplen con los estándares de producción orgánica, donde se limita el uso de químicos y pesticidas, priorizando métodos sostenibles tanto en la agricultura como en la manufactura.
Un alimento orgánico se produce bajo prácticas agrícolas que respetan el equilibrio natural del ecosistema, sin el uso de fertilizantes o plaguicidas sintéticos. Sin embargo, usar términos como “orgánico”, “eco” o “biológico” en el etiquetado no es algo libre, ya que estos claims requieren una certificación oficial emitida por un organismo autorizado.
Es importante tener en cuenta que las certificaciones orgánicas no son universales ni automáticamente reconocidas a nivel global. Que un producto esté certificado como orgánico en un país no significa que lo sea en otro, ya que cada nación tiene sus propios requisitos, procesos de auditoría y estándares técnicos. Por ejemplo, un producto con sello USDA Organic no puede venderse como orgánico en la Unión Europea o México sin cumplir con la normativa local correspondiente. Por ello, si una empresa desea comercializar sus productos en varios mercados internacionales, debe tramitar la certificación específica para cada país o región.
Al igual que ocurre con otros requisitos del comercio internacional, las normas dependen del país donde se comercializa el producto. Sin embargo, existen elementos comunes que deben incluirse en cualquier etiquetado orgánico, como:
• Sello oficial del organismo certificador.
• Nombre y código del certificador.
• Porcentaje de ingredientes orgánicos.
• País o región de origen de los ingredientes.
• Número de lote y datos de contacto del productor.
Estos elementos pueden variar según la legislación local, por lo que siempre se recomienda consultar con un especialista en etiquetado y cumplimiento normativo, para garantizar que tu empaque cumpla con la regulación del país destino.
En Estados Unidos, la certificación orgánica es regulada por el U.S. Department of Agriculture (USDA). Solo los productos certificados pueden llevar el sello USDA Organic, y el porcentaje de ingredientes orgánicos determina si puede usarse el sello o frases como “Made with organic ingredients”.
En México, las entidades regulatorias son SAGARPA, a través de SENASICA, bajo la Ley de Productos Orgánicos. La certificación se obtiene mediante un organismo acreditado, y el etiquetado debe incluir la información correspondiente. Está prohibido usar las leyendas “orgánico”, “ecológico” o “biológico” sin cumplir con la norma.
En la Unión Europea, el distintivo EU Organic se representa con una hoja verde rodeada de estrellas. Solo los productos que contienen 95% o más de ingredientes agrícolas orgánicos pueden portar este sello. El etiquetado también debe incluir el lugar de producción de las materias primas y los datos del certificador.
En todos los casos, se requiere una certificación oficial, el logo correspondiente y la información que garantice la trazabilidad del producto desde su producción hasta su empaque.
No todos los productos que se presentan como “orgánicos” tienen el mismo nivel de certificación.
Las normativas internacionales suelen distinguir entre diferentes categorías, dependiendo del porcentaje de ingredientes orgánicos que contiene el producto:
• 100% orgánico: todos los ingredientes agrícolas y procesos cumplen con los estándares orgánicos.
• Orgánico: al menos el 95% de los ingredientes agrícolas son orgánicos.
• Elaborado con ingredientes orgánicos: contiene entre 70% y 94% de ingredientes orgánicos; no puede usar el sello oficial, pero sí puede mencionar en la etiqueta los ingredientes orgánicos específicos.
• Con algún ingrediente orgánico: contiene menos del 70% de ingredientes orgánicos, por lo que no puede promocionarse como producto orgánico, solo puede indicar qué ingredientes lo son dentro de la lista.
Comprender esta diferencia es esencial para evitar confusiones en el etiquetado y asegurar que la comunicación con el consumidor sea clara, honesta y cumpla con la regulación.
Tener una certificación orgánica no solo demuestra cumplimiento, sino que genera confianza y transparencia frente al consumidor. Además, ofrece ventajas comerciales como:
• Diferenciación en el mercado.
• Mayor valor percibido del producto.
• Acceso a mercados internacionales.
• Facilita procesos de exportación.
Presentar un producto como orgánico sin contar con certificación puede acarrear multas, sanciones y problemas legales, ya que se estarían violando las normativas obligatorias del mercado. Esto puede derivar en:
• Pérdidas económicas por inmovilización o retiro del producto.
• Cancelación del certificado si ya se tenía.
• Daño a la reputación de la marca.
• Prohibición para comercializar productos orgánicos en el futuro.
Cumplir con los requisitos de certificación orgánica es esencial para mantener la honestidad y credibilidad de tu marca. El mercado orgánico tiene una alta demanda, pero también restricciones específicas por país que requieren acompañamiento experto.
En CORE te guiamos durante todo el proceso de certificación, desde el análisis de requisitos hasta la validación del etiquetado final, para que tu producto cumpla con la normativa y esté listo para comercializarse en cualquier mercado.
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