Exportar a Estados Unidos suena emocionante: el mercado es enorme y las oportunidades parecen infinitas. Pero hay un punto en el que muchas empresas se tropiezan: el etiquetado. La FDA (Food and Drug Administration) revisa cada detalle con lupa, y un error mínimo puede costarte miles de dólares. Aquí te compartimos, de forma práctica y platicada, los elementos clave para que tu etiqueta cumpla y tu producto entre sin problemas.
Este panel es como la carta de presentación ante la FDA. No se trata de que 'se parezca', tiene que cumplir al pie de la letra con el 21 CFR 101: orden específico, tipografía clara y valores diarios actualizados. ¿El error más común? Usar el mismo panel que en Europa o Latinoamérica. La FDA se da cuenta de inmediato si falta 'Added Sugars' o si el orden de nutrientes no es el correcto.
Suena simple: enlistar en orden descendente de peso. Pero aquí está la trampa: si usas un ingrediente compuesto, como chocolate o queso, debes declarar sus subingredientes. Muchas etiquetas llegan con 'queso' nada más, y la FDA pregunta: ¿dónde está la leche, la sal, las enzimas?
Desde 2023 el sésamo se sumó a la lista, así que ya no son 8, ahora son 9 alérgenos mayores. ¿Dónde falla la gente? En usar frases vagas como 'puede contener…' sin especificar bien, o en olvidar que un saborizante trae soya escondida. Esto es de lo primero que revisa la FDA y no pasa inadvertido.
Aquí es donde muchos quieren brillar y terminan en problemas. Todos quieren poner 'natural', 'saludable' o 'refuerza defensas'. El detalle es que solo se permiten los claims autorizados por la FDA (health claims, nutrient content claims y structure/function claims). Lo más común: prometer beneficios terapéuticos sin sustento. Resultado: rechazo seguro.
Tu etiqueta debe dejar claro quién responde por el producto. Si no es el fabricante, entonces 'Manufactured for', 'Distributed by' o 'Imported by' con dirección completa en EE.UU. Los errores típicos: poner solo la empresa extranjera, olvidar el código ZIP o usar abreviaturas que no dicen nada.
El inglés es obligatorio en toda la información requerida. Puedes poner otros idiomas, pero nunca deben opacar al inglés. Lo que más vemos: etiquetas bilingües donde el inglés queda en segundo plano o con traducciones mal hechas.
La FDA incluso regula el tamaño mínimo de letra. Si la tipografía es demasiado pequeña o el contraste es malo, no cumple. Muchas empresas fallan por querer meter todo en espacios reducidos o priorizar el diseño bonito sobre la claridad.
Hay productos con definiciones legales exactas: la mayonesa debe llevar huevo, el jugo de naranja debe tener un mínimo de jugo real, el pepperoni tiene su receta definida. Error clásico: llamar 'mayonesa' a una salsa sin huevo o 'pepperoni' a algo que no cumple. Para la FDA, eso es engañar al consumidor.
Entre 2021 y 2024, la FDA emitió 53,597 rechazos de importación. Casi la mitad fueron alimentos humanos. ¿La causa? En gran parte errores de etiquetado. Imagina perder un contenedor de USD 100,000 por un detalle así. Ahora imagina perder diez. Es un riesgo real, pero evitable si se hace bien desde el inicio.
El etiquetado es más que un trámite: es la llave de entrada al mercado estadounidense. Cumplir con estos 8 elementos no solo evita rechazos, también construye confianza con consumidores y autoridades. En CORE hemos acompañado a muchas empresas para que sus etiquetas no sean un obstáculo, sino una ventaja competitiva.
¿Tus etiquetas cumplen con lo que la FDA espera? Hablemos antes de que exportes. Un ajuste a tiempo puede ahorrarte cientos de miles de dólares.
Exportar a Estados Unidos suena emocionante: el mercado es enorme y las oportunidades parecen infinitas. Pero hay un punto en el que muchas empresas se tropiezan: el etiquetado. La FDA (Food and Drug Administration) revisa cada detalle con lupa, y un error mínimo puede costarte miles de dólares. Aquí te compartimos, de forma práctica y platicada, los elementos clave para que tu etiqueta cumpla y tu producto entre sin problemas.
Este panel es como la carta de presentación ante la FDA. No se trata de que 'se parezca', tiene que cumplir al pie de la letra con el 21 CFR 101: orden específico, tipografía clara y valores diarios actualizados. ¿El error más común? Usar el mismo panel que en Europa o Latinoamérica. La FDA se da cuenta de inmediato si falta 'Added Sugars' o si el orden de nutrientes no es el correcto.
Suena simple: enlistar en orden descendente de peso. Pero aquí está la trampa: si usas un ingrediente compuesto, como chocolate o queso, debes declarar sus subingredientes. Muchas etiquetas llegan con 'queso' nada más, y la FDA pregunta: ¿dónde está la leche, la sal, las enzimas?
Desde 2023 el sésamo se sumó a la lista, así que ya no son 8, ahora son 9 alérgenos mayores. ¿Dónde falla la gente? En usar frases vagas como 'puede contener…' sin especificar bien, o en olvidar que un saborizante trae soya escondida. Esto es de lo primero que revisa la FDA y no pasa inadvertido.
Aquí es donde muchos quieren brillar y terminan en problemas. Todos quieren poner 'natural', 'saludable' o 'refuerza defensas'. El detalle es que solo se permiten los claims autorizados por la FDA (health claims, nutrient content claims y structure/function claims). Lo más común: prometer beneficios terapéuticos sin sustento. Resultado: rechazo seguro.
Tu etiqueta debe dejar claro quién responde por el producto. Si no es el fabricante, entonces 'Manufactured for', 'Distributed by' o 'Imported by' con dirección completa en EE.UU. Los errores típicos: poner solo la empresa extranjera, olvidar el código ZIP o usar abreviaturas que no dicen nada.
El inglés es obligatorio en toda la información requerida. Puedes poner otros idiomas, pero nunca deben opacar al inglés. Lo que más vemos: etiquetas bilingües donde el inglés queda en segundo plano o con traducciones mal hechas.
La FDA incluso regula el tamaño mínimo de letra. Si la tipografía es demasiado pequeña o el contraste es malo, no cumple. Muchas empresas fallan por querer meter todo en espacios reducidos o priorizar el diseño bonito sobre la claridad.
Hay productos con definiciones legales exactas: la mayonesa debe llevar huevo, el jugo de naranja debe tener un mínimo de jugo real, el pepperoni tiene su receta definida. Error clásico: llamar 'mayonesa' a una salsa sin huevo o 'pepperoni' a algo que no cumple. Para la FDA, eso es engañar al consumidor.
Entre 2021 y 2024, la FDA emitió 53,597 rechazos de importación. Casi la mitad fueron alimentos humanos. ¿La causa? En gran parte errores de etiquetado. Imagina perder un contenedor de USD 100,000 por un detalle así. Ahora imagina perder diez. Es un riesgo real, pero evitable si se hace bien desde el inicio.
El etiquetado es más que un trámite: es la llave de entrada al mercado estadounidense. Cumplir con estos 8 elementos no solo evita rechazos, también construye confianza con consumidores y autoridades. En CORE hemos acompañado a muchas empresas para que sus etiquetas no sean un obstáculo, sino una ventaja competitiva.
¿Tus etiquetas cumplen con lo que la FDA espera? Hablemos antes de que exportes. Un ajuste a tiempo puede ahorrarte cientos de miles de dólares.
Exportar a Estados Unidos suena emocionante: el mercado es enorme y las oportunidades parecen infinitas. Pero hay un punto en el que muchas empresas se tropiezan: el etiquetado. La FDA (Food and Drug Administration) revisa cada detalle con lupa, y un error mínimo puede costarte miles de dólares. Aquí te compartimos, de forma práctica y platicada, los elementos clave para que tu etiqueta cumpla y tu producto entre sin problemas.
Este panel es como la carta de presentación ante la FDA. No se trata de que 'se parezca', tiene que cumplir al pie de la letra con el 21 CFR 101: orden específico, tipografía clara y valores diarios actualizados. ¿El error más común? Usar el mismo panel que en Europa o Latinoamérica. La FDA se da cuenta de inmediato si falta 'Added Sugars' o si el orden de nutrientes no es el correcto.
Suena simple: enlistar en orden descendente de peso. Pero aquí está la trampa: si usas un ingrediente compuesto, como chocolate o queso, debes declarar sus subingredientes. Muchas etiquetas llegan con 'queso' nada más, y la FDA pregunta: ¿dónde está la leche, la sal, las enzimas?
Desde 2023 el sésamo se sumó a la lista, así que ya no son 8, ahora son 9 alérgenos mayores. ¿Dónde falla la gente? En usar frases vagas como 'puede contener…' sin especificar bien, o en olvidar que un saborizante trae soya escondida. Esto es de lo primero que revisa la FDA y no pasa inadvertido.
Aquí es donde muchos quieren brillar y terminan en problemas. Todos quieren poner 'natural', 'saludable' o 'refuerza defensas'. El detalle es que solo se permiten los claims autorizados por la FDA (health claims, nutrient content claims y structure/function claims). Lo más común: prometer beneficios terapéuticos sin sustento. Resultado: rechazo seguro.
Tu etiqueta debe dejar claro quién responde por el producto. Si no es el fabricante, entonces 'Manufactured for', 'Distributed by' o 'Imported by' con dirección completa en EE.UU. Los errores típicos: poner solo la empresa extranjera, olvidar el código ZIP o usar abreviaturas que no dicen nada.
El inglés es obligatorio en toda la información requerida. Puedes poner otros idiomas, pero nunca deben opacar al inglés. Lo que más vemos: etiquetas bilingües donde el inglés queda en segundo plano o con traducciones mal hechas.
La FDA incluso regula el tamaño mínimo de letra. Si la tipografía es demasiado pequeña o el contraste es malo, no cumple. Muchas empresas fallan por querer meter todo en espacios reducidos o priorizar el diseño bonito sobre la claridad.
Hay productos con definiciones legales exactas: la mayonesa debe llevar huevo, el jugo de naranja debe tener un mínimo de jugo real, el pepperoni tiene su receta definida. Error clásico: llamar 'mayonesa' a una salsa sin huevo o 'pepperoni' a algo que no cumple. Para la FDA, eso es engañar al consumidor.
Entre 2021 y 2024, la FDA emitió 53,597 rechazos de importación. Casi la mitad fueron alimentos humanos. ¿La causa? En gran parte errores de etiquetado. Imagina perder un contenedor de USD 100,000 por un detalle así. Ahora imagina perder diez. Es un riesgo real, pero evitable si se hace bien desde el inicio.
El etiquetado es más que un trámite: es la llave de entrada al mercado estadounidense. Cumplir con estos 8 elementos no solo evita rechazos, también construye confianza con consumidores y autoridades. En CORE hemos acompañado a muchas empresas para que sus etiquetas no sean un obstáculo, sino una ventaja competitiva.
¿Tus etiquetas cumplen con lo que la FDA espera? Hablemos antes de que exportes. Un ajuste a tiempo puede ahorrarte cientos de miles de dólares.