Exportar alimentos a Estados Unidos implica cumplir con distintas regulaciones según el tipo de producto. Si el tuyo contiene carne, aves o huevo procesado, probablemente esté regulado por el USDA (Departamento de Agricultura de EE. UU.), a través del FSIS (Food Safety and Inspection Service).
A diferencia de los productos bajo regulación de la FDA, los procesos con USDA tienen ciertas particularidades que vale la pena conocer desde el inicio. No todos los productos pueden exportarse desde cualquier planta o país, y existen lineamientos específicos de etiquetado que buscan garantizar la seguridad y la claridad para los consumidores estadounidenses.
Conocer estos elementos desde la planeación del proyecto te ayudará a evitar contratiempos y a fortalecer la propuesta de valor de tu marca en el mercado internacional.
Identificar la jurisdicción correcta es clave. El USDA regula productos que contienen más del 3% de carne, 2% de ave o huevo entero procesado. Por ejemplo, una empanada con 5% de carne molida ya debe cumplir con requisitos de etiquetado USDA.
Si tienes dudas sobre si tu producto aplica o no, es importante analizar su formulación con criterios regulatorios desde el inicio.
Las etiquetas aprobadas por el USDA deben incluir ciertos elementos en inglés y con características específicas de formato, ubicación y tamaño. Algunos de ellos son:
Además, el panel nutricional puede tener ligeras diferencias con el de FDA. Por ejemplo, en lugar de “Total Sugar” puede aparecer como “Total Sugars”, y existen particularidades en formato que deben respetarse.
Una diferencia importante frente a FDA es que muchas etiquetas reguladas por USDA deben ser enviadas a revisión antes de usarse comercialmente. Este proceso se hace a través del sistema LSAS (Label Submission and Approval System) y es evaluado directamente por agentes de FSIS.
Por eso, los cambios en la etiqueta no se pueden hacer con la misma facilidad que en FDA. Es recomendable tener una estrategia clara desde el diseño para evitar reprocesos.
Si tu etiqueta incluye declaraciones como “natural”, “libre de hormonas”, “orgánico” o “sin conservadores”, necesitarás validarlas conforme a los criterios del USDA. A diferencia de FDA, donde muchas claims son autodeclarables con respaldo documental, en USDA deben pasar por revisión y en algunos casos contar con aprobación previa.
Este proceso no busca limitar, sino asegurar que la información sea precisa y confiable para el consumidor.
El nombre del producto debe reflejar exactamente lo que contiene. Usar términos como “pepperoni”, “salami” o “prosciutto” implica cumplir con definiciones técnicas específicas que no pueden usarse indistintamente.
Esto no solo favorece la transparencia, también fortalece la confianza de tu producto en el mercado.
Es importante que haya una alineación total entre la etiqueta aprobada, la formulación real del producto y la planta de producción. En caso de que alguno de estos elementos cambie, es posible que se requiera una nueva aprobación por parte de FSIS.
Comprender el etiquetado USDA desde la etapa de desarrollo te permite diseñar una estrategia exportadora más sólida, sin improvisaciones. En CORE Consulting podemos ayudarte a validar tus etiquetas, verificar elegibilidad y facilitar el proceso de registro para que tu producto llegue al mercado estadounidense con el pie derecho. Contáctanos aquí y con gusto te ayudamos.
Exportar alimentos a Estados Unidos implica cumplir con distintas regulaciones según el tipo de producto. Si el tuyo contiene carne, aves o huevo procesado, probablemente esté regulado por el USDA (Departamento de Agricultura de EE. UU.), a través del FSIS (Food Safety and Inspection Service).
A diferencia de los productos bajo regulación de la FDA, los procesos con USDA tienen ciertas particularidades que vale la pena conocer desde el inicio. No todos los productos pueden exportarse desde cualquier planta o país, y existen lineamientos específicos de etiquetado que buscan garantizar la seguridad y la claridad para los consumidores estadounidenses.
Conocer estos elementos desde la planeación del proyecto te ayudará a evitar contratiempos y a fortalecer la propuesta de valor de tu marca en el mercado internacional.
Identificar la jurisdicción correcta es clave. El USDA regula productos que contienen más del 3% de carne, 2% de ave o huevo entero procesado. Por ejemplo, una empanada con 5% de carne molida ya debe cumplir con requisitos de etiquetado USDA.
Si tienes dudas sobre si tu producto aplica o no, es importante analizar su formulación con criterios regulatorios desde el inicio.
Las etiquetas aprobadas por el USDA deben incluir ciertos elementos en inglés y con características específicas de formato, ubicación y tamaño. Algunos de ellos son:
Además, el panel nutricional puede tener ligeras diferencias con el de FDA. Por ejemplo, en lugar de “Total Sugar” puede aparecer como “Total Sugars”, y existen particularidades en formato que deben respetarse.
Una diferencia importante frente a FDA es que muchas etiquetas reguladas por USDA deben ser enviadas a revisión antes de usarse comercialmente. Este proceso se hace a través del sistema LSAS (Label Submission and Approval System) y es evaluado directamente por agentes de FSIS.
Por eso, los cambios en la etiqueta no se pueden hacer con la misma facilidad que en FDA. Es recomendable tener una estrategia clara desde el diseño para evitar reprocesos.
Si tu etiqueta incluye declaraciones como “natural”, “libre de hormonas”, “orgánico” o “sin conservadores”, necesitarás validarlas conforme a los criterios del USDA. A diferencia de FDA, donde muchas claims son autodeclarables con respaldo documental, en USDA deben pasar por revisión y en algunos casos contar con aprobación previa.
Este proceso no busca limitar, sino asegurar que la información sea precisa y confiable para el consumidor.
El nombre del producto debe reflejar exactamente lo que contiene. Usar términos como “pepperoni”, “salami” o “prosciutto” implica cumplir con definiciones técnicas específicas que no pueden usarse indistintamente.
Esto no solo favorece la transparencia, también fortalece la confianza de tu producto en el mercado.
Es importante que haya una alineación total entre la etiqueta aprobada, la formulación real del producto y la planta de producción. En caso de que alguno de estos elementos cambie, es posible que se requiera una nueva aprobación por parte de FSIS.
Comprender el etiquetado USDA desde la etapa de desarrollo te permite diseñar una estrategia exportadora más sólida, sin improvisaciones. En CORE Consulting podemos ayudarte a validar tus etiquetas, verificar elegibilidad y facilitar el proceso de registro para que tu producto llegue al mercado estadounidense con el pie derecho. Contáctanos aquí y con gusto te ayudamos.
Exportar alimentos a Estados Unidos implica cumplir con distintas regulaciones según el tipo de producto. Si el tuyo contiene carne, aves o huevo procesado, probablemente esté regulado por el USDA (Departamento de Agricultura de EE. UU.), a través del FSIS (Food Safety and Inspection Service).
A diferencia de los productos bajo regulación de la FDA, los procesos con USDA tienen ciertas particularidades que vale la pena conocer desde el inicio. No todos los productos pueden exportarse desde cualquier planta o país, y existen lineamientos específicos de etiquetado que buscan garantizar la seguridad y la claridad para los consumidores estadounidenses.
Conocer estos elementos desde la planeación del proyecto te ayudará a evitar contratiempos y a fortalecer la propuesta de valor de tu marca en el mercado internacional.
Identificar la jurisdicción correcta es clave. El USDA regula productos que contienen más del 3% de carne, 2% de ave o huevo entero procesado. Por ejemplo, una empanada con 5% de carne molida ya debe cumplir con requisitos de etiquetado USDA.
Si tienes dudas sobre si tu producto aplica o no, es importante analizar su formulación con criterios regulatorios desde el inicio.
Las etiquetas aprobadas por el USDA deben incluir ciertos elementos en inglés y con características específicas de formato, ubicación y tamaño. Algunos de ellos son:
Además, el panel nutricional puede tener ligeras diferencias con el de FDA. Por ejemplo, en lugar de “Total Sugar” puede aparecer como “Total Sugars”, y existen particularidades en formato que deben respetarse.
Una diferencia importante frente a FDA es que muchas etiquetas reguladas por USDA deben ser enviadas a revisión antes de usarse comercialmente. Este proceso se hace a través del sistema LSAS (Label Submission and Approval System) y es evaluado directamente por agentes de FSIS.
Por eso, los cambios en la etiqueta no se pueden hacer con la misma facilidad que en FDA. Es recomendable tener una estrategia clara desde el diseño para evitar reprocesos.
Si tu etiqueta incluye declaraciones como “natural”, “libre de hormonas”, “orgánico” o “sin conservadores”, necesitarás validarlas conforme a los criterios del USDA. A diferencia de FDA, donde muchas claims son autodeclarables con respaldo documental, en USDA deben pasar por revisión y en algunos casos contar con aprobación previa.
Este proceso no busca limitar, sino asegurar que la información sea precisa y confiable para el consumidor.
El nombre del producto debe reflejar exactamente lo que contiene. Usar términos como “pepperoni”, “salami” o “prosciutto” implica cumplir con definiciones técnicas específicas que no pueden usarse indistintamente.
Esto no solo favorece la transparencia, también fortalece la confianza de tu producto en el mercado.
Es importante que haya una alineación total entre la etiqueta aprobada, la formulación real del producto y la planta de producción. En caso de que alguno de estos elementos cambie, es posible que se requiera una nueva aprobación por parte de FSIS.
Comprender el etiquetado USDA desde la etapa de desarrollo te permite diseñar una estrategia exportadora más sólida, sin improvisaciones. En CORE Consulting podemos ayudarte a validar tus etiquetas, verificar elegibilidad y facilitar el proceso de registro para que tu producto llegue al mercado estadounidense con el pie derecho. Contáctanos aquí y con gusto te ayudamos.